domingo, 4 de abril de 2010



He conocido a un nuevo chico. Es alto y moreno. Y le veré prácticamente todos los días en la facultad el año que viene. Traté de fijarme en sus ojos. No eran grises, pero tampoco supe decir de qué colo eran. Parecían oscuros pero tenían un brillo especial. Un brillo que le ocupaba todo el iris.
Así que decidí fijarme en otro punto menos frustrante, pues me fue imposible saber de qué color eran sus ojos.
Tiene una cicatriz justo en la mitad de la barbilla. Le queda bien cuando sonríe.

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