domingo, 21 de marzo de 2010

Esta mañana bajé a ver el mar. Está maravillosamente bello. El oleaje está continuamente agitado, como un león enfurecido. Las nubes grises han aparcado sobre él, y de vez en cuando se permiten descargar su agua en el mar. Están bajas, y se puede oler la humedad de la primavera llegando al fin. El tiempo está pasando y solo ahora comienzo a notarlo. He empezado a contar los días para que llegue el verano. Para que juntas podamos disfrutar de esas tormentas que solo caen una vez cada mucho tiempo. También corre el aire. Un aire cálidamente frío. Mañana intentaré bajar de nuevo a hacer un par de fotos. Espero que siga igual.

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