domingo, 21 de marzo de 2010


El chico de los ojos claros ahora prefiere evitarme. Responde con evasivas y prefiere no acercarse como lo hacía antes. Dice que no tiene tiempo. Casi lo prefiero así. Nunca he tenido muy buena suerte con los chicos. Quizá algún día piense en cambiarme al otro bando. Pero prefiero esperar. En cuatro meses me iré de una vez de aquí. La gente dejará de sentirse obligada a preguntarme qué tal estoy, y lo mismo para mí. Me mudaré, sí, a un sitio donde apenas nadie me conozca. Un lugar grande donde haya espacio suficiente para no asfixiarme. Donde no esté clasificada. A lo mejor me encuentro un chico de ojos grises. Siempre se me han hecho tan inalcanzables... Nunca he conocido a alguien así. Quizá lo encuentre. Y cuando lo encuentre, me quedaré embobada sumergida en ellos. Sí, eso es. Ojos grises. La oscuridad de los ojos negros y marrones jamás me ha sabido tratar como realmente soy. Los ojos verdes siempre han estado llenos de envidia. Y los ojos claros me recuerdan a los días soleados en la playa cuando el mar está tranquilo, tanto que llega a marearme y el brillo del sol me deslumbra tanto que tengo que dejar de mirarlos. Sí. Unos ojos grises estarán bien. Me gustan los días lluviosos en los que las nubes están bajas. Me inspiran confianza y deseo.

2 comentarios:

Cecilia Romero dijo...

Que doloroso es sentir que te evitan!
Y luego no tener noción del porque...Aunque segun dicen es preferible no saber la razón!
Yo te tengo en mi lista!

Iker Vancourt dijo...

Jo...
Bueno, te deseo lo mejor^^
Aunque eso no sirva de mucho,y no me hables ya demasiado que digamos.